Alemania ha confiscado un buque con casi 100.000 toneladas de crudo que había zarpado el 6 de enero del puerto ruso de Ust-Luga con destino al puerto egipcio de Port Said. La embarcación, bautizada Eventin y con bandera panameña, se quedó inmaniobrable frente a la isla alemana de Rügen, en el Báltico, y tuvo que ser remolcada a la costa. Técnicamente, el barco podría haber seguido navegando al cabo de unos días, pero las autoridades alemanas no lo permitieron porque estaban investigando si el petrolero formaba parte de la flota fantasma rusa. A finales de febrero, la UE lo incluyó finalmente en una nueva lista de sanciones.
El caso es novedoso. El Gobierno alemán se había dedicado más a enviar advertencias a la Comisión Europea en Bruselas contra la flota fantasma que a actuar frente a sus propias costas, donde los petroleros pasan regularmente casi a la vista. Pero ahora las autoridades finlandesas han dado el primer paso, y no solo por violar las restricciones comerciales occidentales.
En el mar Báltico se habían producido cuantiosos daños en cables submarinos desde octubre de 2023. También el 25 de diciembre de 2024, en el cable eléctrico Estlink-2 entre Finlandia y Estonia. Pocas horas después, un helicóptero de la policía fronteriza finlandesa salió al paso del Eagle S, un petrolero que navegaba bajo bandera de las Islas Cook y que también se considera parte de la flota fantasma. Unos agentes especiales descendieron en cuerda, confiscaron el barco, al que le faltaba un ancla, y exigieron al capitán que se dirigiera inmediatamente a aguas finlandesas. Como se sospechaba que el Eagle S había destruido el cable con su ancla, se inició una investigación por sabotaje grave contra ocho miembros de la tripulación. Además, se confiscó la carga de 35.000 toneladas de gasolina que, al igual que en el caso del Eventin, habían sido cargadas en Ust-Luga. Los investigadores determinaron que el seguro del barco había expirado en agosto de 2024 y detectaron 32 defectos en el barco.
Según Windward, empresa que analiza en todo el mundo cómo se ocultan las identidades, las posiciones y la propiedad de los barcos, las alarmas saltan en el buque confiscado por las autoridades alemanas, pues contiene todos los patrones clásicos de una flota fantasma, desde estructuras de propiedad enmarañadas a irregularidades en los datos de pabellón y tripulación. Los analistas de la empresa especializada Lloyd's List Intelligence ya tenían al petrolero Eventin en el radar como "buque de alto riesgo" antes de que los sistemas de a bordo dejaran de funcionar. Y eso sucedió en la noche del 9 al 10 de enero, aunque ha sido ahora cuando el semanario Der Spiegel lo ha sacado a la luz.
"Solo puedo confirmar que hay medidas aduaneras en curso, pero que aún no han concluido de manera jurídicamente vinculante", dijo en una rueda de prensa ordinaria Steffen Keller, portavoz del Ministerio de Finanzas, al ser preguntado por esas informaciones en los medios. Agregó que, en todo caso, el Eventin tiene prohibido continuar navegando y precisó que "las autoridades competentes están examinando actualmente el procedimiento ulterior en relación con el buque y la carga". Por otra parte, y en términos generales, recordó que la aduana puede confiscar artículos en conformidad con el artículo 198 del Código Aduanero de la Unión Europea en las condiciones especificadas en el mismo.
Por su parte, el portavoz de Asuntos Exteriores, Sebastian Fischer, destacó que tanto la UE como Alemania trabajan incansablemente para introducir más sanciones contra la ruinosa flota que Rusia utiliza para eludir deliberadamente las sanciones occidentales". Precisó que la lista de la UE incluye ya un total de 153 buques de esa "flota fantasma".
Según Der Spiegel, la orden de confiscación emitida por la Dirección General de Aduanas implica que tanto el petrolero como las 100.000 toneladas de crudo que transportaba, valoradas en unos 40 millones de euros, pasarán a ser propiedad alemana.